El sufrimiento puede llevarte a la felicidad
Hay una historia de un hombre que,
un día, fue hasta su rabino y le dijo: "Rabino, tiene que ayudarme!
¡Mi casa es un infierno! Vivimos en una habitación, mi mujer, mis
hijos, mis cuñados y yo. ¡Es un infierno! No hay espacio para todos."
El rabino sonrió y dijo: "Está bien, yo lo ayudo, pero tiene
que prometerme hacer lo que yo diga."
Y el hombre: "¡Prometo! ¡Prometo de verdad! ¡Es una promesa
solemne!"
Dijo el rabino: "¿Cuántos animales tiene?
El hombre: "Una vaca, una cabra y seis gallinas."
El rabino dijo: "Ponga los animales dentro del cuarto, y vuelva dentro
de una semana."
El hombre no podía creer lo que oía, pero ya había prometido.
Entonces volvió a su casa deprimido y llevó los animales de la
habitación. A la semana siguiente volvió desconsolado y dijo al
rabino: "¡Estoy enloquecido! Voy a acabar con un infarto. Usted debe
hacer algo..."
Y el rabino: "Vuelva a casa y saque los animales. Dentro de una semana,
venga a verme". El hombre fue corriendo hasta su casa.
Y cuando volvió, a la semana siguiente, sus ojos brillaban, y dijo: "Rabino,
la casa es una maravilla, ¡tan limpia! ¡Es un paraíso!"
¿Entendió? Yo no tenía zapatos y siempre estaba protestando
por falta de zapatos, ¡hasta que conocí a una persona que no tenía
pies!